PEÑA BARCELONISTA DE GUAREÑA

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TITO POR SIEMPRE ETERNO

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jueves, 15 de septiembre de 2011

LIGA DE CAMPEONES 1ª JORNADA

F.C. BARCELONA        2-2       A.C. MILAN
F.C. BARCELONA: Valdés, Alves, Mascherano, Busquets, Abidal, Keita (Puyol), Xavi, Iniesta (Fábregas), Pedro, Messi y Villa (Afellay)
A.C. MILAN: Abbiati, Abate, Thiago Silva, Nesta, Zambrotta, Nocerino, Seedorf, Van Bommel (Aquilani), Pato, Boateng (Ambrosini) y Cassano (Emanuelson)
El Barça inició su andadura en Europa con un empate agridulce. Pedro y Villa habían dado la vuelta a un marcador abierto por Pato tras 25 segundos de partido. Cuando el 2-1 parecía definitivo, Thiago Silva igualó el partido en el descuento.
En dos jugadas, una en el primer minuto y otra en el último, el Milan igualó 90 minutos de dominio absoluto del Barcelona. El campeón italiano no necesitó más ante el defensor del título europeo. Allegri, técnico 'rossonero', se llevó el empate que firmaba antes del inicio gracias a los errores de los de Guardiola. Al igual que el pasado sábado en San Sebastián, dos fallos puntuales condenaron a los azulgrana.
A los 25 segundos de juego, Pato dejó en evidencia el circunstancial centro de la defensa que alineó Josep Guardiola, formado por dos mediocentros reconvertidos, Busquets y Mascherano. Ambos han demostrado que pueden servir como solución de urgencia cuando falta uno de los centrales titulares, Puyol y Piqué, pero sufren sin un guía. El regreso del capitán, que reapareció en el segundo tiempo después de cuatro meses sin jugar, fue la única buena noticia de la noche para Guardiola.
Encajó bien el golpe el Barça. Después de unos minutos de aturdimiento, en el que Pato estuvo a punto de liarla un par de veces más, regresó la calma. El balón comenzó a circular entre el centro del campo y la delantera, siempre al mando de Xavi y Messi. Las ocasiones no tardaron en llegar.
Messi tuvo la más clara hasta el gol en un lanzamiento de falta que se estrelló en el poste izquierdo de Abbiati. El portero del Milan ganó el 'uno contra uno' con el argentino. Le paró todo lo que le tiró, que no fue poco, pero no pudo hacer nada para evitar que uno de los socios del '10' igualara el marcador.
La jugada de Messi fue sensacional y no formará parte de su antología porque el gol no fue suyo. Con el balón pegado al pie, se lanzó contra la muralla defensiva del Milan, se llevó a todos con él y cuando no había más opción que la rendición, sacó un pase raso al segundo palo, donde llegó el siempre oportuno Pedro para empujar a la red.

El público respiró con el gol pero tardó poco en volver a sufrir. Andrés Iniesta dejó de correr en pleno desborde y se echó la mano al muslo. Miró al banquillo y no fue necesario decir nada más. Los médicos saltaron a asistir al internacional a la vez que Cesc Fábregas se preparaba para entrar. El héroe de Johannesburgo se acababa de romper el bíceps femoral de la pierna izquierda. Misma lesión que Alexis Sánchez, aunque en un principio Iniesta estará jugando en un mes, la mitad que el tiempo estimado de recuperación del chileno.
David Villa puso al Barça por delante al poco de iniciarse el segundo tiempo. El delantero asturiano, suplente en las dos primeras jornadas de Liga, se reivindicó ante su entrenador con un monumental lanzamiento de falta a la escuadra derecha de Abbiati.
Ya todo parecía controlado por el Barcelona. El Milan, que durante los primeros 45 minutos ejerció una presión hasta cierto punto efectiva contra la línea de creación azulgrana, estaba desfondado. El centro del campo formado por Van Bommel, Seedorf, Nocerino y Ambrosini, que había sustituido a Boateng, lesionado, en el primer tiempo, nada podían hacer ante el rondo en el que mandaba Xavi.

Pato, que en el inicio parecía que podía armar un lío gordo en el Camp Nou, y Cassano, absolutamente desaparecido, esperaron en vano un contragolpe que les sacara del sopor que vivían a bastantes metros de donde estaba la acción. La entrada en el campo de Emanuelson y Aquilani no cambió nada.
Pasaban los minutos entre llegadas al área del Barcelona y disparos con poca puntería. Había certeza de que el triunfo no se escaparía. De nuevo relajación, en el campo y en el ambiente, y de nuevo un mazazo. Un colosal cabezazo de Thiago Silva a la salida de un corner en el minuto 92 impide a los de Guardiola quitarse de encima la inhabitual sensación de vulnerabilidad con la que acabaron el partido de Anoeta.

En el otro partido de este grupo H:

Viktoria Pilsen  1-1 Bate Borisov



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